Siempre vuelve a amanecer

Siempre vuelve a amanecer
SIEMPRE VUELVE A AMANECER

domingo, 27 de mayo de 2012

DISCAMINO (51): otro sueño cumplido... bueno, casi casi cumplido

          Tanto el Windguru como Meteogalicia anunciaban lluvias para esta mañana de domingo así que decidimos que no saldríamos a pedalear en el triciclo. Cuando llamé a casa de Gerardo ayer por la noche para decirle que lo recogería a las ocho para ir al gimnasio, su madre me dijo que, aunque habían dicho que podía llover, caso de hacerlo sería de forma muy suave. Eso nos hizo cambiar de opinión, aunque sólo a medias:
 - Bueno, ponle la ropa de la bici y si cuando paso a recogerlo la calle está seca, y no se ve la cosa demasiado negra, saldremos a pedalear, que hoy ya estuvimos en el gimnasio.
          Cuando me levanté a las 7, la calle estaba perfecta y el cielo bueno o malo dependiendo hacia donde miraras así que, siguiendo la máxima del suegro de un buen amigo, que era pescador y siempre decía que las tormentas había que esperarlas en el mar, decidí que nos íbamos a arriesgar. A las 08:30 estábamos ya en la calle encima del triciclo acompañados por otros tres tarados: Estela, mi mujer, Chon, mi cuñada y Jorge, su marido. Salimos de Balaídos y nos dirigimos hacia la carretera de Camposancos por la avenida de Citroën. Subimos a Nigrán por esa misma carretera y bajamos hasta la Ramallosa. Desde allí seguimos pedaleando hacia Bayona y justo antes de entrar en la población, en la rotonda que hay a la altura de la playa de Santa Marta, dimos la vuelta. El plan inicial había sido llegar hasta el Parador Nacional pero cuando pasamos por la avenida Foz do Miñor vi una cosa que me llamó poderosamente la atención y decidí dar la vuelta para que Gerardo pudiera disfrutar de ella. Se trataba de un grupo de esculturas hechas en piedra y la idea era que el coleguilla pudiera mirarlas con sus manos.

        
          Así lo hicimos. Dimos la vuelta y al llegar a la altura de las esculturas nos paramos y bajamos de las bicis.
- ¿Por qué paramos Javier?
- Vamos a ver una cosa bonita.
- Sí, sí, me gusta mucho ver cosas bonitas -carcajada enorme.- Tú siempre buscas cosas bonitas para que yo las vea, ¿verdad Javier?
          Le solté los pies del anclaje de los pedales y le ayudé a salir del triciclo. Cuando tuvo la mano izquierda afianzada sobre mi hombro y se agarró bien a mi mano con la suya derecha, caminamos por el pequeño paseo de adoquines y nos acercamos a las esculturas.
- A ver si adivinas qué es esto.
- Es un perro -dijo después de tocarlo durante unos segundos- ¿es un perro Javier?
- No, no es un perro. Tócale bien la cabeza.
- Tiene muchas melenas. ¿Qué es Javier?
- Dímelo tú.
- La boca grannde, la nariz grannnnde, las melenas grannnndes,... ¡¡es un león!!, ¡¡Javier, es un león!! ¿Es un león, Javier? Jajajajajaja -risa gigante.
- Sí, es un león. Eres muy listo -le dije dándole un abrazo que hizo que estallara en otra de sus célebres carcajadas. 

           Eso había estado bien pero no fue por el león por lo que dimos la vuelta antes de llegar a Bayona.
- A ver si adivinas esta otra cosa -le dije acompañándole hasta la siguiente escultura.
- Parece una chica -dijo de primeras al palparle la cara y notar la larga melena de la figura mientras seguía tocando-. ¡Está embarazada! -exclamó al tocar uno de los enormes pechos de piedra.
- No, no está embarazada. Mira bien.
¡¡UNA CHICA EMBARAZADA!! ¿ES UNA CHICA EMBARAZADA?
          Siguió tocando la figura y...
- Es un pechito -casi susurrando y, cuando estuvo seguro...-, ¡¡Javier, es un pechito!! -dijo a voz en grito y muerto de la risa mientras trataba de tomar las medidas de la enorme ubre de piedra.
- No es un pechito, son dos tetas como dos sandías.
- ¡¡No digas tonterías!! Jajajajajaja. ¡¡Dos tetas grannndes como sandías!! Jajajaja -explotó en otra carcajada mientras seguía tratando de ver como eran de grandes en verdad.

¡¡DOS TETAS GRANNNNDES COMO SANDÍAS!!
 - Ya veis que no ha sido tan traumático -les dije a mi mujer y a mi cuñada- ¿Por qué no le dais una alegría y le enseñáis como es una de verdad?
          Si no me agacho me arrancan la cabeza con la pedrada que me tiraron y, o mucho me equivoco, o este mediodía me quedo sin postre.

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