Siempre vuelve a amanecer

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viernes, 20 de abril de 2012

DISCAMINO (32): la "PORRA" de David

          Si hay algo importante en la vida es no desanimarse ni cansarse nunca de trabajar y pelear por las cosas en las que uno cree. Eso, que suena tan bonito, en ocasiones puede llegar a ser rematadamente difícil. Afortunadamente no es ese nuestro caso. Día tras día vamos encontrando nuevas buenas gentes y re-encontrando viejos amigos de los que las circunstancias de la vida nos fueron separando por el común y lógico motivo de que cada uno sigue su propio camino y a menudo los Caminos se separan y se hace difícil volver a coincidir. Ojalá alguien inventara una nueva razón trigonométrica que se definiera de la siguiente forma: dos líneas vitales que por cosas de la vida se separen en direcciones totalmente opuestas, pero que conserven entre sí un cariño mutuo, coincidirán periódicamente en un punto de fuga llamado "x". 
          ¿A qué viene este rollo? Pues precisamente a eso, al re-encuentro con viejos amigos. Hace muchos años coincidí en un equipo de fútbol con Luis, David y Jose. Luis era el entrenador y David y Jose sus dos hijos. David jugaba en el centro de la defensa y Jose igual lo hacía de lateral derecho que en el centro del campo por esa misma banda. Yo era el portero de aquel equipo y, cuando llegaba al vestuario antes de empezar el partido y veía a los dos hermanos Pimentel cambiándose de ropa, respiraba tranquilo. Con el paso del tiempo David tuvo que dejar el equipo por cuestiones laborales. Jose se fue a estudiar a Santiago pero conservó la ficha por el Linorsa y, aunque se perdió muchos partidos, siempre que podía no faltaba a la cita de los domingos a las nueve de la mañana. Buena gente, chavales espléndidos con los que daba gusto compartir aquellos ratos de deporte y buen compañerismo, a pesar de la gran diferencia de edad que nos separaba. Jose nos dejó hace tiempo. Era aún un crío cuando una noche se acostó a dormir y no despertó. Muerte súbita, enorme pérdida, tristeza infinita. ¡¡Mucho le lloramos!! ¡¡Cuánto le echamos de menos!! Su marcha nos dejó un tremendo vacío en el corazón pero su sombra siguió a nuestro lado, corriendo incansable la banda derecha. En fín, la vida.
          El otro día me llamó Pepe, una de las almas de aquel equipo, y me dijo que le había contado a David lo del DisCamino. David ahora regenta un kiosko en la avenida de Castelao y, según me contó Pepe, a él y su padre se les había ocurrido una idea. Esto fue lo que le dijeron: "¿Por qué no hacemos en el kiosko una Porra como la que organizamos en Navidad y recaudamos unos euros para comprar kilómetros? Podemos sortear la nueva sudadera del Celta, la que viene con el Faro de Vigo. 100 números a 1 euro, menos los 15 que vale la sudadera con los cupones del periódico, y nos quedan limpios 85 para comprar 17 kilómetros." Dicho y hecho. Ya tienen el papel con los cuadraditos típicos de las Porras de bar colocado en el Kiosko Castelao. 
          Muchas gracias David, amigo, compañero de fatigas futboleras. Gracias a ti y a tu padre Luis. Rezaremos por vosotros "3" en Santiago.


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